domingo, 10 de marzo de 2013

Jesús Metralleta

Hace unos días los creativos de Saturday Night Live, el conocido espacio humorístico televisivo norteamericano, se vieron obligados a retirar un comercial promotor del programa debido a la presión de diversos grupos cristianos. El mencionado anuncio publicitario mostraba a un Jesús que se desclavaba de la cruz y armado con una ametralladora salía a cobrar venganza de quienes lo habían colocado en tal situación, esto además en un contexto de extrema violencia, aunque sin alejarse del sentido burlesco que caracteriza a la producción madre. Varias iglesias y personeros evangélicos enviaron cartas de protesta y de modo adicional amenazaron a los patrocinantes con efectuar campañas en contra de sus objetos de venta, lo cual forzó a estos últimos a sumarse a los reclamos. Finalmente a los responsables de la serie no les quedó otra que retirar el odioso espot y ofrecer disculpas.

En primer lugar -lo señalé en un artículo anterior a propósito de un caso muy similar acaecido en Chile- personalmente no me interesan estos sarcasmos cometidos en la persona del Señor, cuya imagen es demasiado grande en la humanidad como para que se vea afectada. Una protesta airada contra tales exabruptos, además, podría resultar contraproducente -si bien en esta ocasión al parecer no lo fue, lo cual de todas formas constituye una mera excepción- ya que le daría mayor notoriedad al origen de la discordia. Además para qué vamos a andar con apariencias: muchos soñamos con la opción de defender la fe, en especial en situaciones de persecución, abundantes por estos días habría que agregar, llevando a la práctica material aquello de los "soldados de Jesús", poniéndole un tiro en cada cabeza caliente que intenta aniquilarnos ya sea a nosotros o a cualquiera de nuestros hermanos alrededor del mundo. Más de uno ha respondido así, por cierto, como Anders Behring en Noruega, aunque ahí se trató de una reacción injustificada y que por ende sólo merece la condena más absoluta. Y algo de eso hay en las congregaciones que se enfrentaron a SNL, pese a que en su afán se valieran únicamente de recursos legales y civiles (es decir no paramilitares). De hecho, varios de sus miembros presentaron el siguiente razonamiento: si un ataque bastante menor a una entidad como Mahoma ocasiona atentados terroristas con fallecimientos, ¿por qué debemos aceptar entonces que, como virtual premio de consuelo, se barra con la figura de Cristo, sólo porque sus seguidores son unos "bienaventurados pacificadores" inmersos también en un contexto, la cultura occidental, se supone más "avanzada" y "desarrollada", entre otros campos, en el de la tolerancia? El triunfo obtenido debe ser un orgullo para ellos, pues han demostrado que no se dejan avasallar, y que son capaces de luchar de modo no violento, a diferencia de ciertos representantes del islam.

Por otra parte, estas agrupaciones cristianas han destacado que los ofensores no se han visto afectados en su integridad física, al contrario de quienes se mofan, continuando con el ejemplo recién expuesto, del profeta musulmán, lo que por lo general implica el riesgo de ser agredido, incluso con una bomba o una bala. La verdad es que eso está por verse, pues aún hay que esperar las consecuencias que este desaguisado tendrá en la continuidad del SNL. Sin embargo, cabría formularse la pregunta: ¿qué sucedería si en lugar de Jesús, el aludido fuera el presidente norteamericano Barack Obama, a propósito de su política belicista hacia países como Irak o la RPD Corea, o de las promesas electorales que aún no ha cumplido? Retornando a los paralelismos, resulta interesante recordar un incidente ocurrido años atrás con el magacín satírico alemán "Titanic", cuando en la época más alta de los casos de pedofilia descubiertos al interior de la iglesia católica, emitió una portada en la que un sacerdote aparecía efectuando una felación a una imagen de Cristo crucificado quien era representado con una expresión de placer. Hasta la actualidad se destaca que dicho atrevimiento no acarreó consecuencias violentas. Empero, ¿los órganos judiciales germanos habrían permanecido igual de pasivos, si la revista hubiese publicado una caricatura con características similares de la canciller Angela Merkel?. Les aseguro que no. A cambio, lo más probable es que les sucediese lo de los españoles de "El Jueves" quienes tuvieron que resignarse a observar el secuestro de su periódico a causa de un dibujo del príncipe Felipe y su esposa.
En realidad en las tierras occidentales es fácil bromear con el Señor, que gracias al avance del movimiento secular se ha transformado en una figura abstracta a la cual recurren los sujetos mediocres que intentan pasar por irreverentes, pero que con esa actitud dejan en claro que son sólo un engranaje del actual sistema.

Y puestos a retomar las comparaciones: la verdad es que me ha tocado observar, en diarios de diversos puntos del orbe, caricaturas muy ingeniosas en contra de representantes detestables del islam, como Bin Laden o los ayatolás de Irán, que no provocan incidente alguno. Lo que para ellos constituye una provocación es el insulto contra el fundador de su fe, algo de lo cual los ofensores suelen estar conscientes, pues para los musulmanes la sola recreación de la imagen de Mahoma es una herejía. Es lo mismo que les ocurrió a los cristianos que protestaron contra el SNL, Sin embargo, acá el ataque a un líder público influyente suele significar mayores consecuencias negativas para el emisor, precisamente por ese pretendido modelo de civilidad que llama a no escupir contra alguien pues es signo de peligroso subdesarrollo. Pasó en Estados Unidos cuando los diversos medios de comunicación locales censuraron o intentaron prohibir opiniones en contra de George Bush durante la invasión a Irak. Y está acaeciendo en el momento con cuestiones como el caso Wikileaks. Parece que algunas personas individuales son más dignas de proteger que Cristo.

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