domingo, 13 de marzo de 2016

Una Expulsión Abominable

Un lamentable incidente se dio a comienzos de mes en el Reino Unido. La ignota Universidad Pública de Sheffield, expulsó de su seno a un estudiante cristiano de posgrado, Felix Ngole, luego de que éste publicara en su página de Facebook, una cita bíblica, en concreto Deuteronomio 20:13, que calificaba la práctica homosexual como "abominación". De nada sirvieron los testimonios de personas de tendencia gay quienes han compartido con este hombre en su trabajo -es asistente social-, los cuales han asegurado que siempre ha actuado de manera respetuosa con ellos. Aunque las declaraciones fueron emitidas en una instancia ajena al plantel de educación superior, un comité académico decidió finalmente exonerarlo de la institución.

Hay que partir diciendo que la postura de las autoridades universitarias es desde todo punto de vista aberrante e inaceptable. Aunque pudiera despertar alguna comprensión en base al miedo desatado en Europa tras los ataques terroristas de fanáticos religiosos islámicos, es una determinación que no se condice con los principios de pluralismo y debate de ideas que se supone caracterizan a cualquier universidad. Es cierto que la cita bíblica en cuestión puede resultar insultante para un cierto grupo de personas, más si se emite en un determinado contexto. Pero en el peor de los casos, sopesando los antecedentes previos de Ngole -que incluyeron, como ya se señaló, una valoración positiva de parte de homosexuales declarados que trabajaron con él y que por ende lo conocían-, queda claro que la sanción que recibió es exagerada y arbitraria. Más bien parece la esperable reacción de una institución que no figura entre las más recordables de su especialidad, cuyos integrantes pretenden demostrar que forman parte de un centro de conocimiento capaz de colocarse a la altura de sus pares más renombrados, castigando severamente una opinión que no suele ser considerada digna de un debate y menos de un análisis.

Eso último, desde luego, implica que Ngole tiene su parte de responsabilidad en todo esto. Si bien la Biblia condena la homosexualidad de punta a cabo, existen versículos en las Escrituras que, no abandonando la claridad y la firmeza acerca del tema, empero exhiben un lenguaje bastante menos chocante que un pasaje del Antiguo Testamento, redactado para el Israel del segundo milenio antes de Cristo y que además pertenece a la ley antigua superada por el propio Salvador mediante su muerte de cruz. Por otro lado, y de acuerdo a sus mismas palabras, este estudiante reprodujo esa cita en el contexto de una conversación informal con unos amigos, al parecer en la antesala de una fiesta. Una circunstancia que a todas luces no es la más adecuada para opinar de un tema concerniente a la ética o la conducta cristianas, menos para apoyarse en la extracción de un verso sacado de su contexto original, acción que, dado el ambiente en que se comete, es un hecho que no arrojará resultados positivos. De seguro que, dadas tales circunstancias, Felix en ningún instante tuvo plena conciencia de lo que estaba haciendo, excepto quizá vislumbrar que estaba cometiendo una provocación, aunque sin medir las consecuencias, tanto por el estado en que se hallaba como por esa temeridad de algunos cristianos que imaginan que todas sus actuaciones, incluso las más reñidas con los principios, serán amparadas o cuando menos comprendidas por el Señor.

Felix Ngole debió emplear en total plenitud su condición de estudiante universitario -y también de cristiano- y no largar lo primero que se le vino a la cabeza más encima en un momento absolutamente inapropiado. Si hubiese reflexionado un par de horas, habría podido exponer argumentos muy contundentes respecto a la condición pecaminosa de la homosexualidad, que se obtienen tras una acabada comprensión lectora de la Biblia (característica que por su condición de alumno de enseñanza superior está prácticamente obligado a mostrar). Por su parte, los académicos de Sheffield tampoco se dieron el tiempo para pensar la decisión que finalmente tomaron, salvo la consideración de aspectos puramente inmediatos, como la fama alcanzada y las felicitaciones que los harían sentirse como paladines de la defensa de la inteligencia y la colocación de un freno a toda declaración que ose amenazarla. Errores compartidos con consecuencias igualmente negativas para ambos bandos.

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