domingo, 3 de agosto de 2014

Senos y Traseros Para Israel

Fue muy comentada la aparición en las redes sociales, de chicas jóvenes y adolescentes, algunas de origen judío y otras no, casi desnudas y luciendo en sus zonas íntimas tatuajes y mensajes de apoyo a las acciones del ejército israelí en la Franja de Gaza, así como de repudio a los palestinos. Quienes se declaran favorables a la causa de este último pueblo, en su mayoría militantes de grupos de izquierda, usaron los mismos medios para condenar dichas exhibiciones, sin dejar de recurrir a los insultos antisemitas que ya parecen imprescindibles cuando se tratan estos temas. Por su parte, los que permanecen del lado del gobierno hebreo, en especial las asociaciones de cristianos evangélicos, guardaron un sepulcral silencio respecto de la manifestación, quizá temiendo una severa recriminación en base a un supuesto doble criterio moral.

Disparidad que desde luego se puede apreciar a la distancia entre los pro palestinos, que como ya se indicó, en este último tiempo se suelen ubicar en los sectores más marginales y asimismo radicales de izquierda (las bandas neonazis que se han expresado no cuentan, porque ellos desean la desaparición tanto de árabes como de judíos) además de grupos de libre pensadores. Muchas de tales personas aplauden cuando una pandilla de jóvenes mujeres se desnuda en contra de alguna determinación de un gobierno considerado díscolo por los medios masivos de comunicación más conocidos, o en favor de una iniciativa que por diversas causas despierta la sensibilidad de las generaciones contemporáneas, como la ecología, los derechos de los animales o la oposición a la organización de una guerra. Prueba de ello es el aliento que en Europa se le ha dado al colectivo Femen. Incluso no faltan quienes, en un acto de pretendida solidaridad, se unen a este tipo de manifestantes y muestran también sus carnes, como sucedió años atrás cuando la invasión norteamericana a Irak. Las chicas hebreas han decidido tomar la posta y llevar adelante sus propios desnudos, de acuerdo con la pauta que han diseñado los mismos que dieron origen a estas actividades y ahora les parecen un insulto, no a la moral, sino a un pueblo que está siendo masacrado, y dentro del cual existen víctimas infantiles, quienes no cuentan con el desarrollo cognitivo suficiente para entender los trasfondos que existen tras las poses en cueros. Pues se supone que la ausencia de vestimenta constituye una provocación contra un adversario que no sólo es de tendencia conservadora sino además usa la solemnidad de la ropa como muestra de la seriedad que le pretende dar a determinaciones execrables.

En tal sentido, el destape de las pro israelíes también lleva implícito un mensaje. Destacar que se trata de la única democracia auténtica sita en el Medio Oriente, y que son un país que respeta las libertades individuales, al contrario de sus adversarios militares que profesan una religión preocupada de los aspectos más rancios de la moralina, superados por las naciones civilizadas hace décadas, y que además considera a la mujer como un ser de segunda clase. Es el aspecto que enciende las iras de los izquierdistas y libertinos que se colocan en la vereda de los palestinos (si bien la parte beligerante, en estricto rigor, no es la totalidad de ese pueblo, sino el movimiento Hamas, una organización cercana al islam más integrista). Ven que una estrategia propulsada por ellos ha sido bien aprovechada por un grupúsculo para alentar una causa que les repugna, ante lo cual responden de una manera básica irracional y que en teoría no se condice con su modo de pensar, como es el antisemitismo, a dicho de forma más amplia, el racismo. Ese temor a ser considerados como hipócritas es lo que alejado a la llamada derecha cristiana de las opiniones acerca de este incidente, que en otras circunstancias jamás hubiesen dejado pasar. En tal respecto, los evangélicos pro sionistas (que al igual que los detractores de esa ideología política, usan el término sin conocer sus alcances semánticos e históricos) han preferido guardar silencio porque a fin de cuentas, estos desnudos tratan de menoscabar las sentencias de un credo que entre tantas cosas, igualmente pretende llevarse por delante a quienes no lo siguen, pues son "infieles". Con eso se evitan que los ciudadanos pedestres les espeten el mencionado vocablo de hipócritas, mientras que a los otros sí se les puede llamar inconsecuentes.

Lo cual no quita que no se les pueda llamar la atención a los cristianos por su política de doble rasero. Pues finalmente, una vez más hacen la vista gorda frente a un desaguisado masivo cometido por israelíes, sólo porque se trata del pueblo escogido del Señor y por ende el antisemitismo es un pecado casi imperdonable. Y ahora, en un aspecto relacionado con la moral sexual, que ellos vigilan con especial celeridad. Al igual que con lo que está acaeciendo ahora en Gaza, el silencio conlleva a la propagación del mal por omisión, que puede ser tanto o más dañino que el griterío insultante y la propagación de prejuicios.

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