domingo, 21 de junio de 2009

La Bella es Homofóbica

Un fuerte debate se ha desatado en Estados Unidos luego que la ex Miss California, Carrie Prejean, declaró en el certamen federal de belleza norteamericano, consecutivo del premio estadual, que ella se opone al connubio homosexual y que "en mi familia y en mi país, el matrimonio siempre debe ser entre un hombre y una mujer". La pregunta se la formuló un activista gay, poseedor de un blog de opinión en internet, que no desaprovechó la oportunidad y, al día siguiente, usó la página para atacar a su interlocutora de la manera más histérica y grosera posible. La maniquí, por su parte, ha acusado consecuencias negativas para su persona tras el escándalo, inflado, en todo caso, por ciertos sectores de la sociedad californiana. No ganó el Miss USA aún siendo la clara favorita, y ha unas semanas incluso le revocaron el mencionado Miss California, por un supuesto incumplimiento de contrato, aunque ella insiste en la intervención de una mafia de amanerados. Curiosamente, la modelo que tomó el cetro regional de belleza también se ha declarado partidaria de la exclusividad del matrimonio para parejas heterosexuales. Sólo que en el caso de la Prejean su postura resulta más llamativa, pues ha recalcado en varias ocasiones que cuenta con una sólida formación cristiana, al parecer de naturaleza evangélica, y una fe inquebrantable que la obliga a rechazar lo que la Biblia considera pecado, eso sí, mostrando tolerancia y sin ofender a nadie.

Si lo que dice la muñeca de plástico es cierto, y analizando cómo se llevó a efecto el despojo de su título, podríamos afirmar que el colectivo homosexual actuó de manera bastante siniestra, del mismo en que lo hacen los servicios secretos tanto religiosos como políticos, con alguien que piensa diferente al estándar oficial. Sin embargo, nadie deja de interrogarse, incluso previo a cualquier otro tipo de conjetura, qué hacía una cristiana de sólidas convicciones en un certamen de esas características. Ignoro si en los EUA se lleva a cabo un control de la vida íntima de las postulantes a estos eventos, o si se trata efectivamente de modelos profesionales. Pero esta señorita presenta características comunes con sus pares latinoamericanas: ha aparecido en varios ejemplares de la prensa rosa, la cual además, basad en fuentes respetables, le cuelga romances con distintas figuras del quehacer deportivo de su país, entre ellos el nadador Michael Phelps, el atleta estadounidense más importante del momento, también representante de los valores cristianos en versión derecha religiosa, y que igualmente, se ha mandado violentas caídas. Parece que la maniquí no siente hostigamiento por estas indagaciones, lo cual, utilizando nuestros parámetros locales, la torna un miembro de la farándula. Hay que admitir que una persona devota es extraña en este ambiente, por mucho que las reinas de belleza presenten una imagen "limpia" o mejor dicho edulcorada, del deseo por el cuerpo femenino. Sin contar que este mundillo es un refugio de hombres amanerados que, dada la tendencia conservadora y bienpensante de estas lides, en cuanto a la moral sexual y al rol de los géneros en la sociedad, les permite paradójicamente vivir de manera cómoda, aceptados por quienes detentan el poder.

En base a lo último, y entendiendo como conservador a quien hace el máximo esfuerzo por mantener el orden establecido, y dado que en los certámenes de belleza se cruza el concepto de la moda, entendida en términos de vestimenta y en el sentido de un objeto o forma de pensamiento que resulta masivo y atractivo durante un corto periodo de tiempo, llegamos a un resultado final bien interesante. Hasta hace algunos años, al menos en Estados Unidos, la homosexualidad era considerada una perversión moral y por ende socialmente condenable. Incluso en la actualidad, existen grupos homofóbicos que asesinan a estas personas. Pero hoy se ha pasado a la completa aceptación, al punto que se regulan sus situaciones de amancebamiento y más aún, en algunas partes como California, se les permite casarse al mismo nivel que las parejas heterosexuales. Las declaraciones de esta muchacha habrían sido aplaudidas de modo unánime de haberlas emitido veinte años atrás. Quién sabe si en el futuro no generen tanto revuelo, si es que la tendencia se modifica. Pero hoy en día se considera malo hablar contra la opción gay, aunque sea con sincero respeto. Y eso precisamente lo que no se quiere oír en esta clase de eventos, donde la mujer queda reducida a una vitrina para exponer imágenes idealizadas. En este caso, una idealización traspasada por la frivolidad y la oquedad, lo que cierra aún más la oportunidad para los comentarios disonantes.

Repito: si el colectivo gay es el responsable de las recientes aflicciones de Carrie Prejean, y muchas cosas parecen indicar que así es, estaríamos en presencia de un puñado de asquerosos maricas. Toda vez que la chica no intentó insultar a nadie. Pero por otro lado, hay que tener el tino para escoger el sitio donde se va a predicar, para evitar que la semilla caiga en tierra seca. Sin contar que, para erigirse como censurador, incluso como consejero, es preciso primero una conducta ejemplar. Y una jovencita que deja ventilar sus incontables devaneos afectivos por la prensa rosa, casi todos de efímera duración, no resulta precisamente convincente aunque preserve su virginidad y se sienta orgullosa de ello. Por lo demás, sus opiniones demostraron la falta de intelecto propio de las postulantes a estas competiciones, y la verdad sea dicha, de las oquedades no es el reino de los cielos.

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